Fatiga muscular: qué es, cómo evitarlo y cómo tratarlo.

El ejercicio de manera adecuada y con supervisión profesional, es parte importante de un estilo de vida saludable. De acuerdo a esto, la cantidad de beneficios que obtenemos al realizarlo con regularidad, son fundamentales para el mantenimiento y progreso de nuestro cuerpo.

Sin embargo, en ocasiones nos enfocamos mucho en ver resultados inmediatos y, por ende, olvidamos que el cuerpo ocupa un descanso adecuado. Si estas fases de descarga y descargo no se aplican, se producen lesiones y fatiga muscular por exceso de ejercicio.

La fatiga muscular, es producto de la disminución de la capacidad de los músculos para ejercer fuerza, o bien, de haberse requerido un esfuerzo mayor de lo habitual para lograr cierto nivel de exigencia o fuerza. Una de las causas en el sobre esfuerzo físico, sucede cuando el cuerpo ha consumido todo su suministro de energía. También se ha asociado a los paréntesis en el flujo de calcio, la ausencia de algunas características como resistencia, entre muchas otras (claro está, que se relaciona íntimamente con el tipo de ejercicio que se ponga en práctica, tanto como protocolo de entrenamiento, como actividad deportiva específica).

Algunos de sus signos y síntomas son:

• Producción mayor de ácido láctico y ácido pirúvico.
• Trastornos del equilibrio iónico, como falta de sodio, potasio, calcio, magnesio, entre otros.
• Sensación incómoda en el músculo (incluso dolor y lo que conocemos como “calambre”).
• Incapacidad de completar el patrón de movimiento, en toda la amplitud disponible, de los ejercicios dinámicos con empleo de la misma resistencia.
• Agotamiento físico.
• Pequeñas sacudidas del músculo que aparecen de manera involuntaria.

¿Como evitar la fatiga muscular?

1. La preparación neuromuscular adecuada previa para todas y cada una de las zonas a trabajar.
2. El estiramiento propicio al finalizar la actividad física de todas las zonas correspondientes.
3. Elegir bien el ritmo y las cargas correctas de acuerdo a la necesidad y preparación del cuerpo.
4. La adecuada alimentación e hidratación indicada de acuerdo al protocolo de entrenamiento o deporte particular.
5. La recuperación adecuada y el descanso óptimo necesario para la siguiente actividad física correspondiente.

*Cabe destacar que cada una de ellas debe ser supervisada y provista por un profesional a fin, completamente capacitado, para la actividad física.

Tratamiento:

1. Masaje deportivo, preparativos y habituales en periodo de descanso.
2. Presoterapia en miembros superiores y miembros inferiores.
3. Estiramientos y movilizaciones pasivas.
4. Técnicas de relajación.
5. Agentes físicos.

**Dichos tratamientos deben ser aplicados por el profesional en Terapia Física y Rehabilitación.

Recordemos que la actividad física, bien empleada y ejecutada de manera correcta, es un gran recurso que tenemos todos a nuestro alcance para cuidar nuestra salud durante muchos años, y así, brindarle una mejor calidad de vida.

Escrito por: Dra. Julia Peña.
Fisioterapia Heredia.